11
Nov

La Iglesia de Santa Eulalia venía acusando un estado de humedades que ocasionaban un progresivo deterioro no sólo del pavimento, seriamente afectado, sino que, además, por capilaridad, la humedad afectaba a los paramentos verticales, derivando a una progresiva disgregación de sus muros.
Frente a esta situación era urgente acometer un proyecto de restauración que fue redactado por don Jaime Castañón Fariña, arquitecto conservador de la catedral, que tiene como finalidad la conservación del rico patrimonio de nuestra Iglesia, pero también la adaptación de los espacios litúrgicos en orden a la celebración de nuestra liturgia hispano-mozárabe, única iglesia donde se celebra dicho rito de manera cotidiana.
